16 marzo, 2012

EE.UU.: ¿Despegue o una nueva decepción?

¿Está despegando finalmente la economía de Estados Unidos? ¿Alcanzó lo que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, calificó en algún momento de "velocidad de escape"? Es decir un crecimiento del sector privado lo suficientemente dinámico para que la economía deje de depender de los estímulos fiscales y monetarios. ¿O acaso el buen momento se disipará pronto?
Observar los datos que produce la economía en estos días es como volar un avión con dos velocímetros: uno dice que la nave está acelerando, el otro que no. Uno tiene que estar mal y no sabremos cuál hasta que se revisen las cifras.
0215economyAssociated Press Las noticias relacionadas al mercado laboral y la producción industrial han sido, en su mayor parte, positivas. Pero el crecimiento del consumo y los ingresos ha sido débil y hay razones para temer que la reciente ola de contrataciones sea insostenible.


Primero, el lado positivo. Las empresas están contratando. La economía añadió un promedio de 200.000 empleos mensuales durante los últimos seis meses. Los consumidores mantienen la cautela pero están comprando iPads y autos. Las ventas desestacionalizadas de vehículos estuvieron 25% por encima del nivel de agostos. Los bancos están más dispuestos a otorgar crédito. Los préstamos industriales y comerciales han crecido 13,5% en los últimos seis meses. Los fábricas están elevando la producción e incluso la construcción de viviendas ha mostrado una mejoría. El mercado ha reaccionado favorablemente.
Todo esto se traduce en una mayor confianza de las empresas y los consumidores, lo que puede motivar mayor gasto, endeudamiento y, a la postre, crecimiento. En una encuesta realizada este mes por The Wall Street Journal y NBC News, 40% de los entrevistados espera que la economía mejore en los próximos 12 meses. Apenas 21% decía lo mismo en octubre del año pasado.
Entonces, ¿cuál es el problema? Los ingresos reales después de impuestos de los estadounidenses, la materia prima del consumo, han estado estancados durante los últimos seis meses. No es de extrañar, por lo tanto, que el gasto de los consumidores no haya subido mucho. Creció apenas 0,6% real entre julio de 2011 y enero de 2012, los últimos datos disponibles.
El Producto Interno Bruto, asimismo, probablemente se expandirá a un ritmo anualizado de 2% en el primer trimestre, después de un crecimiento de 3% en el cuarto trimestre de 2011, según una encuesta entre economistas realizada por The Wall Street Journal. En una economía cuya fuerza laboral se está expandiendo, como la de EE.UU., ese ritmo es demasiado anémico para reducir el desempleo. A pesar de todas las buenas noticias, no hay que perder de vista que la tasa de desempleo se ubica en 8,3%.
Los economistas sondeados por The Wall Street Journal prevén un crecimiento de 2,5% en el segundo trimestre y una ligera aceleración en el resto del año. La Fed dijo esta semana que espera una expansión "moderada", lo que en la jerga del banco central es un poco más optimista que el crecimiento "modesto" anticipado previamente.
Sin perjuicio de lo anterior, se asoman varios nubarrones en el horizonte. El riesgo de que Europa descarrilará a la economía mundial ha disminuido, pero la recesión en el Viejo Continente y la desaceleración del resto del mundo van a perjudicar las exportaciones estadounidenses. Al mismo tiempo, los recortes de gasto a nivel federal, estatal y local ya son un lastre importante para la actividad económica.
El mayor nubarrón es el alza en los precios del petróleo, que genera presiones inflacionarias y deprime el crecimiento. Aunque los precios de la gasolina no sigan subiendo, el alza hasta la fecha le restará 0,2 puntos porcentuales al crecimiento del primer trimestre y 0,5 puntos porcentuales al del segundo, calcula Laurence Meyer, de Macroeconomic Advisors. Se trata de una cifra sideral y mientras persista la confrontación con Irán es probable que los precios sigan subiendo.

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