21 marzo, 2012

Democracia

“Democracia”, en su sentido original, se refiere a la soberanía ilimitada de la mayoría… un sistema social en el que el trabajo de cada uno, su propiedad, su mente y su vida misma están a merced de cualquier pandilla que pueda obtener el voto de una mayoría en cualquier momento y para cualquier propósito.

Si descartamos la moralidad y la sustituimos por la doctrina colectivista de soberanía ilimitada de la mayoría, si aceptamos que la mayoría puede hacer lo que le dé la gana, y si cualquier cosa que hace la mayoría es buena porque la hace la mayoria (éste siendo el único criterio de lo bueno o lo malo) – ¿Cómo pueden los hombres aplicar ésto en la práctica a sus vidas reales? ¿Quién es la mayoría? En relación a cada individuo concreto, todos los otros son miembros potenciales de la mayoría que puede destruirlo a placer en cualquier momento. Entonces cada hombre y todos los hombres se convierten en enemigos; cada uno tiene que temerles y sospechar de todos; cada uno tiene que intentar robar y asesinar primero, antes de que él sea robado y asesinado.
El sistema americano (USA) no es una democracia. Es una república constitucional. Una democracia, si le asignas sentido a los términos, es un sistema de soberanía ilimitada de la mayoría; el ejemplo clásico es la antigua Atenas. Y su símbolo es el destino de Sócrates, quien fue condenado a muerte porque a la mayoría no le gustaba lo que estaba diciendo, a pesar de que no había iniciado fuerza contra nadie ni había violado los derechos de nadie.
La democracia, en esencia, es una forma de colectivismo, que niega los derechos del individuo: la mayoría puede hacer lo que quiera, sin restricciones. En principio, el gobierno democrático es todo-poderoso. La democracia es una manifestación totalitaria; no es una forma de libertad…
El sistema americano es una república limitada constitucionalmente, restringida a la protección de los derechos individuales. En tal sistema, la soberanía de la mayoría se aplica sólo a detalles menores, como la selección de determinadas personas. Pero la mayoría no tiene qué decir sobre los principios básicos que gobiernan el gobierno. La mayoría no tiene poder de solicitar o conseguir el que se infrinjan los derechos individuales.

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