19 marzo, 2012

Ahora van por la cabeza de Joaquín Guzmán Loera alias “El Chapo” Guzmán

Tras 11 años de proteger a uno de los máximos capos del narcotráfico en México, Joaquín Guzmán Loera alias “El Chapo” Guzmán, el gobierno panista ha roto el círculo de protección del principal delincuente del país y ahora va por su cabeza, en una estrategia estrictamente electorera.


Para el gobierno del PAN, la captura de "El Chapo" Guzmán es considerada como el "dulce trofeo" y el gran “Argumento” para que el presidente espurio Felipe Calderón Hinojosa justifique su guerra contra la delincuencia que al día de hoy alcanza más de 50 mil muertes.

Bajo este panorama, el partido en el poder quiere cerrar el círculo vicioso de corrupción que fue creado por la alta cúpula del panismo en la República mexicana y que ejecutó a la perfección Vicente Fox Quesada.

Lo anterior se debe a que fue el ex presidente quien reincorporó a la vida delincuencial a Joaquín Guzmán Loera, al darle facilidades para su huída de un penal de alta seguridad, y transformarlo en el narcotráficante más peligroso del mundo y en un hombre poderoso cuya fortuna, amasada desde el crimen organizado, aparece en el registro de la revista Forbes.

Apenas el 19 de enero pasado, se cumplieron 11 años del “escape” de Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del cártel de Sinaloa y catalogado como el más famoso narcotraficante de México y del mundo, del penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco.

La versión “oficial” sostiene la teoría de una fuga, sin embargo, la realidad, de acuerdo a las investigaciones y testimonios recabados en torno al caso, dejaron al descubierto que el gobierno panista de Vicente Fox lo dejó libre para convertirse en el narco de su sexenio y que, también ha sido beneficiado en los tiempos de Felipe Calderón.

Una de las teorías sostiene que “El Chapo” sobornó a Vicente Fox con 20 millones de dólares para que lo dejara libre.

Para darse a la “fuga” se combinaron diversos elementos favorables para el capo, pues se le transfirió –primero- de una cárcel de alta seguridad a otra menos segura, así reflexiona Alejandro Gertz Manero, ex secretario de Seguridad Pública Federal: “¿Por qué se saca a un delincuente de alta peligrosidad de una cárcel segura para llevarlo a otra que no lo es?”.

“El Chapo” Guzmán pasó ocho años en prisión donde tenía bastantes beneficios para, finalmente, corromper a través del dinero e intimidaciones, todo el sistema de una cárcel de seguridad, según documentos de la Procuraduría General de la República (PGR).

Por medio de un carrito de lavandería con un colchón cubierto de cobijas para ocultarlo, Joaquín Guzmán se escapó del penal. Uno de los principales responsables de la fuga es Francisco Javier Camberos Rivera, alias “El Chito”, quien aún cumple condena y se desempeñaba como empleado de mantenimiento del penal Puente Grande.

Al parecer, el capo otorgaba sueldos de entre mil y 20 mil dólares al mes a los empleados del penal; además de “El Chito”, otras 68 personas fueron acusadas y procesadas, de las cuales aún seis cumplen condena. Guadalupe Morfín, en ese entonces presidenta de la Comisión de Derechos Humanos en Jalisco, advirtió sobre lo que estaba ocurriendo en la cárcel donde se encontraba Joaquín Guzmán y el sistema de protección que tenía el recluso; sin embargo, no se prestó atención.

Gertz Manero apunta, “Morfín advirtió sobre el desastre y aún así se les fue”.
Denuncia que el gobierno no haya sido capaz de detenerlo, mientras que un periodista consiguió a “El Mayo”, capo que ocupa el segundo lugar después de “El Chapo”, e incluso le tomó una foto. Asimismo, considera que la fuga de Joaquín Guzmán se debió a la decadencia del sistema de las prisiones federales.

Sin embargo, resulta sumamente casual que el escape de “El Chapo” coincida con la llegada del PAN a Los Pinos, y los hechos son que Joaquín Guzmán se convirtió en 10 años en el narcotraficante más poderoso del mundo, según ciertas publicaciones estadounidenses (Forbes), podemos sospechar muy fácilmente de que existen distintas clases de arreglos entre los gobiernos panistas y el cártel de Sinaloa.

Siguiendo en esa línea de análisis, la elección del 2006 se definió en dudosas condiciones, lo que provocó una falta de legitimidad de la administración de Calderón, por lo que de una u otra manera tuvo que buscar una forma de hacerse del poder y eligió la de crear un clima de violencia apoyando a “El Chapo” en contra de otras organizaciones criminales y presentándose como el héroe hasta ahora fallido de esta guerra.

En suma, se tienen fuertes razones para pensar – y asegurar - que los gobiernos del PAN han alimentado por 10 años a un delincuente que se convirtió en el narcopanista más buscado del mundo.

El poder de “El Chapo”,
autorizado desde el gobierno federal

En los 11 años que han transcurrido desde su fuga, el 19 de enero del 2001, el capo ha logrado consolidar a su cártel como el más grande en México y gozar de una gran fama personal.

No existen dudas de que el hombre nacido en La Tuna, Badiraguato, Sinaloa, es el narcotraficante más relevante de México en la actualidad, manifestó el experto Samuel González, ex titular de la extinta Unidad Especializada en Delincuencia Organizada (UEDO) –ahora SIEDO- de la Procuraduría General de la República.

"Lo que es evidente también es que hay una aproximación desequilibrada, aún hoy, al proceso de lucha, pueden ser distintas razones del porque se da, esa es la discusión: si es por protección o es por política criminal", dijo.

El investigador de la UNAM, René Jiménez Ornelas, expuso que no existe suficiente información pública para conocer el poder real de los narcotraficantes de México, pero tampoco duda de que “El Chapo” tenga el poder que se ha labrado alrededor de su figura.

"Si hay realidad en esa capacidad, poder, que ha alcanzado, siempre al amparo, hay que recordar que su fuga solamente se explica a nivel de la coparticipación de diferentes niveles de poder. Se sospecha inclusive de los más altos niveles de poder que estuvieron dentro de este escape y consolidación de su grupo", agregó el doctor en sociología.

El académico del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM indicó que, si el cártel de Sinaloa ha podido tejer redes en Centro y Suramérica, Estados Unidos y Europa, se debe al apoyo de autoridades de los distintos países y no sólo por la corrupción de funcionarios mexicanos.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusa desde agosto de 2009 a “El Chapo” y a otros capos del cártel de Sinaloa de introducir 200 toneladas de cocaína a su territorio entre 1990 y 2008, y de ingresar de contrabando a México 5.8 billones de dólares, producto de la venta de droga.

Nacido el 4 de abril de 1957, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera escapó de su celda en el módulo 3 del penal a sólo 50 días que el entonces presidente Vicente Fox asumiera el cargo tras ganar las elecciones presidenciales bajo la bandera del Partido Acción Nacional (PAN).

El capo llevaba menos de nueve años preso, después de ser capturado el 9 de junio de 1993 en la frontera de Guatemala con Chiapas, y cumplía tres sentencias que suman 20 años y nueve meses por los delitos de asociación delictiva y cohecho.

Narcotraficante que despegó su carrera en los ochenta bajo la tutela del capo Miguel Angel Félix Gallardo, “El Chapo” comenzó a tomar notoriedad por la violenta disputa que estableció con el cártel de Tijuana, de los hermanos Arellano Félix, por el dominio de Baja California, Jalisco y Sinaloa.

El “gran argumento” de
los gobiernos panista

El martes pasado, el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, afirmó que el gobierno federal realiza esfuerzos sistemáticos en la búsqueda y detención tanto de Joaquín Guzmán Loera, como de otras 14 personas que se encuentran entre los criminales más buscados.

Lo que llama la atención es que hasta ahora se maneja la situación y sobre todo la forma en la que ahora el gobierno federal ha “enfocado” todas sus baterías para detener a quien se considera el “dulce trofeo”.

Este mote para “El Chapo” Guzmán se debe a que su captura, sería un "dulce trofeo" para el presidente Felipe Calderón, que le serviría para apuntalar la candidatura de Josefina Vázquez Mota, de cara a las próximas elecciones presidenciales, consideró el diario “Los Angeles Times”.

El rotativo señaló que la detención del líder del cártel de Sinaloa marcaría el golpe más importante contra las organizaciones criminales desde que Calderón declaró la guerra al narcotráfico en 2006, lo que se ha convertido, agrega la publicación, en un lastre para su partido (Acción Nacional) a medida que el número de muertos en el país ligado al narco rebasan ya los 50 mil.

Por otro lado, señala “Times”, un hecho así acallaría los rumores en el sentido de que el gobierno federal ha enfocado sus esfuerzos en las organizaciones rivales a Guzmán Loera y no en el cártel de Sinaloa.

“Capturar a ‘El Chapo’ Guzmán modificaría la percepción sobre Calderón de un jefe del Ejecutivo que desató una sangrienta y desenfocada guerra, a la de un líder que eliminó a un criminal comparado con Osama Bin Laden, Butch Cassidy y Al Capone", dijo George W. Grayson, un experto en temas sobre México del Colegio de William y Mary en Virginia, Estados Unidos.

La caída del capo podría además sacar a flote a la administración de Barack Obama, que ha apoyado al gobierno mexicano en materia de seguridad a través de la llamada Iniciativa Mérida.

Eric Olson, del Instituto de México en el Centro Woodrow Wilson de Washington, considera que si el gobierno detiene a "El Chapo" se podría desatar una sangrienta ola de violencia entre los lugartenientes y grupos aliados, por el control del cártel de Sinaloa.

"Detén al ‘El Chapo', grandioso, pero ten cuidado, que podrías desatar la furia de todas estas redes y nuevos grupos criminales", sentenció Olson.

Cabe señalar que en la más reciente edición, la precitada Forbes sitúa al narcotraficante mexicano en la posición número 1,153 entre los ricos del mundo, junto a empresarios con fortunas que rondan los 1,000 millones de pesos. Además, la revista coloca a “El Chapo” en la posición 10 de los más ricos de México.

El líder del Cártel de Sinaloa año con año ha ido a la baja del ranking Forbes. En el 2009 cuando el capo debutó en la lista fue colocado en el lugar 701, en el 2010 descendió al sitio 937, en el 2011 continuó en descenso hasta el lugar 1,140. Ahora está en 1,153. De seguir así, en opinión de los analistas, muy pronto va a desaparecer del elenco de los más ricos.

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