28 febrero, 2012

¿Qué es y qué no es el Capitalismo?


El término Capitalismo fue acuñado por Karl Marx para describir el sistema social en que los medios de producción (recursos naturales, subsuelo, comunicaciones, industrias principales) fueran de propiedad de particulares. Por supuesto ese término describía lo que Adam Smith llamaba -ya 100 años antes- el “sistema de libertad natural” en que un gobierno ligero, de funciones muy contadas, permitía que los tratos libres entre individuos trajeran el progreso del común. Nótese que ambos -filósofos más que economistas a final de cuentas- anteponían dos visiones: una de conflicto entre clases (Marx) y una de armonía de intereses razonables (Smith). Los liberales siempre han visto en el sistema de mercado un esquema ganar-ganar en que todos los participantes al cooperar (mediante especialización e intercambio) van tener mejores resultados que si no cooperan y actúan por su cuenta. Los socialistas (empezando por Platón e incluso antes) veían en cambio un caos ineficiente en el mejor de los casos y en el peor una lucha de clases con explotadores y explotados -muy al margen de intenciones y más bien en virtud de los roles desempeñados en el drama humano. Es por eso que los liberales buscan profundizar y desbrozar las economías de trabas y los socialistas buscan regimentar y regularlas: lo opuesto, para cada bando trae miseria perfectamente evitable y otros males sociales.


Dicho esto, volvamos a la pregunta del título del post.
¿Qué no es el Capitalismo? 2 cosas que el Capitalismo no es:
  1. El Capitalismo no es un sistema de propiedad privada de los medios de producción en que el Estado -mediante intimidación o propaganda nacionalista- determine el uso de éstos. Eso es lo que tuvo la Alemania nazi, y sobre el particular es indispensable revisar Gobierno Omnipotente, de Ludwig von Mises.
  2. El Capitalismo no es el Mercantilismo, ese sistema del siglo XVI y XVII en que los reyes buscaban manejar los países “como si fueran una empresa”, promoviendo las exportaciones y desalentando las importaciones porque confundían dinero con riqueza. El Mercantilismo está caracterizado por monopolios y oligopolios creados por decreto o privilegio indirecto y fue ya criticado por Adam Smith. De hecho su “La Riqueza de las Naciones” podría resumirse en un largo alegato contra el proteccionismo gremial, empresarial e internacional perfectamente vigente hoy en día.
En este punto cabe expandir la definición inicial y decir que entonces el Capitalismo es un sistema donde se ha institucionalizado respeto a la propiedad privada y los contratos (siguiendo a Hoppe) o bien donde existe el libre ejercicio de la función empresarial -para descubrir, innovar, crear y producir (siguiendo a Huerta de Soto). Yo le agregaría algo a las definiciones de Hoppe y de Huerta: en el Capitalismo uno puede alienar a precios de mercado, los frutos de su inversión (en claro contraste con: una comuna, un kibbutz, el socialismo o una tribu, en que uno deja para “todos” lo que ha producido si se va o emigra). En el Capitalismo en cambio uno es dueño particular de esos frutos (corporales, acciones ejecutadas por nosotros, objetos físicos, intangibles empresariales, ahorros en dinero) y los puede vender en vez de perderlo todo al abandonar el colectivo.
Ninguna economía latinoamericana con la excepción de la Argentina entre 1853 y los 1930′s, ha sido propiamente capitalista. El Chile de hoy se acerca pero sus impuestos e inflacionismo monetario erosionan los ahorros e ingresos de la clase media, cuando más bien el Capitalismo se caracteriza por ser deflacionario (la productividad baja los precios) y de alto nivel de ahorro (inversión, ergo capital formándose) entre los ciudadanos.
P: ¿Son los EEUU un país capitalista?
R: Depende quién responda. Un liberal diría que no, que los EEUU abandonaron el Capitalismo al abrazar la mayor parte de los puntos programáticos de El Manifiesto Comunista (insigne panfleto de Karl Marx) en la Progressive Era y el New Deal como la estatización de la producción de dinero (y la capacidad de inyectar falso ahorro en el sistema) o la creación del impuesto a la herencia (death tax) o abrazar el impuesto a la renta (tanto más si es de carácter progresivo: quien más gana más paga). EEUU no es Capitalista porque no tiene gobierno limitado a pocas funciones, impuestos ligerísimos o nulos (sí, es posible tener impuestos nulos y muchos países prosperaron así vigorosamente) y particularmente porque su dinero -la sangre o savia del sistema económico- ya no es el oro o la plata, es decir, una mercancía elegida libremente en el mercado por la propia gente.
Un socialista diría que sí, que EEUU es un país capitalista pues la propiedad privada de los (otros) medios de producción sigue intacta (en Texas el petróleo en el subsuelo es propiedad de quien lo halle), el mercado de capitales (Wall Street) sigue asignando las inversiones -y en la visión de Marx (y Keynes) debía ser el Estado quien las asigne- y los productores producen para los consumidores según sus propias intuiciones y no en base a planes sectoriales dispuestos por el Estado.
También hay liberales que dicen que EEUU sí es capitalista para resaltar su dinamismo creativo en contraste con la -relativamente- más estatista Europa, y señalar que tiene la mitad de desempleo (5% promedio vs. dos cifras en el Viejo Continente), casi 50% más de crecimiento anual, empresas más innovadoras y muchísimos más Premios Nobel en todas las áreas. O para contrastarle con las parcialmente feudales economías latinoamericanas que aún no se nutren de los ideales de la Ilustración que Adam Smith, John Locke y J.B. Say entendieron tan bien.
En realidad el sistema imperante en los EEUU es una mezcla (como en casi todo país del mundo excepto NorCorea) de componentes de distintas eras. Tiene un mercado de capitales altamente funcional (el elemento sine qua non del Capitalismo según Ludwig von Mises, el gran economista del s.XX), pero tiene un sistema de Seguridad Social (un esquema socialdemócrata), un banco central que monopoliza la emisión de dinero y leyes de curso forzoso (la Fed, un concepto socialista). Igual análisis debe hacerse para Ecuador (subsuelo estatal, socialismo), agricultura intervenida (economía mixta), y un par de casos de industrias libres (capitalistas) como los deportes de alto riesgo y la computación. Bajo la definición de Lenin (uno de los adalides del comunismo) si en un país las “áreas estratégicas” (commanding heights) están bajo control del Estado, el país es socialista. Ecuador reune esas características desde los años 70′s. Por tanto Ecuador, más allá de cualquier duda, no es un país capitalista. No es ni siquiera debatible como el caso de EEUU.
Stricto sensu, lo que debemos hacer es analizar a los países como sumas de componentes.
Mencionemos para ello el Índice de Libertad Económica o el Freedom of the World que publican la Fundación Heritage y el Instituto Frasier de Canadá, respectivamente. En éste, el lector encontrará indicadores muy rigurosos de aspectos de las economías de cada país y qué tanto se aproximan al concepto capitalista o se alejan de aquél.
Para concluir, debo mencionar que el Capitalismo es también una filosofía revolucionaria delineada por la filosofa rusa Ayn Rand. (video) Recomiendo mirar esta conferencia sobre el concepto filosófico, político, del Capitalismo como concepto liberador del individuo frente a las ideas altruistas-colectivistas.

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