28 febrero, 2012

Narcotráfico: Cambio de manos

Galicia

La mayor subasta de los bienes decomisados al clan de «Los Charlines» afronta hoy otra de sus jornadas clave tras concluir el plazo del proceso de adjudicación directa


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El paquete de bienes decomisados al clan de «Los Charlines», cuya subasta es la mayor de las realizadas en España, ronda los ocho millones de euros e incluye inmuebles y plazas de garaje, bateas y fincas, que provienen de la sentencia del 31 de enero de 2003 de la Audiencia Nacional contra varios miembros del clan de narcotraficantes.

Hoy, tras iniciarse el proceso de subasta el pasado 5 de octubre en La Coruña, la operación para la venta del patrimonio proveniente del narcotráfico afronta otra de sus jornadas clave, una vez que se pone fin a la adjudicación directa a la que se llegó tras la falta de ofertas. A la crisis se unía el miedo, según algunas voces, a las represalias de la propia familia que ha demostrado su facilidad para recuperarse tras los duros golpes sufridos desde 1996, y que derivaron en la incautación de propiedades cuyo valor era de aproximadamente 30 millones de euros de la época.
Una nave industrial valorada en 106.586 euros y asignada a un comprador que presentaba su oferta días antes del comienzo oficial de la subasta en sobre cerrado inauguraba la puja, mientras que el pazo de «Vista Real», ubicado en Vilanova de Arousa (Pontevedra), tasado en 2.072.816 euros y por el que había mostrado interés la Diputación de Pontevedra para transformarlo en un centro de recuperación de drogodependientes, no encontraba nuevo dueño. Una segunda licitación tampoco se hacía efectiva y eso que era por el 75 por ciento de su precio, es decir, 1.555.612 euros.
Tras fracasar la venta de la joya de la corona la Delegación Especial de la Hacienda Tributaria en Galicia tampoco lograba al día siguiente deshacerse de seis de las ocho bateas propiedad del clan a subasta. Solo dos de ellas, situadas en Cambados y Vilanova de Arousa, se adjudicaron a compradores. La primera, por un total de 142.000 euros, 20.000 más que su valor inicial, mientras que por la segunda se pagaron 90.150. La organización pudo deshacerse además de una embarcación pesquera, «Barco-Varela», adjudicada en 42.750 euros.
Así, tras la magra cosecha, los restantes bienes decomisados al clan del narcotráfico eran sometidos a puja pública los días 13, 14 y 19 de octubre, sin más quórum. Por ello que la Agencia Tributaria se vio obligada a abrir un periodo de dos meses para su adjudicación directa, proceso que hoy culmina al dar por cerrado el plazo para la presentación de ofertas, a sobre cerrado y por la cantidad que quiera el interesado, eso sí; bajo unos mínimos.
Tras ser intervenido su patrimonio en 1995, el poder del clan, aún con el patriarca Manuel Charlin en prisión, se ponía de nuevo a prueba al recuperar parte de sus bienes. Era en mayo de 2008, cuando la familia tras pagar 800.000 euros rescataba, aunque no todas, parte de sus propiedades una vez saldaba deudas con las trabajadoras de la antigua conservera Charpo. El cometido correspondía a su nieta Natalia Somoza, bajo indicaciones de su madre, Teresa Charlín; única absuelta en el proceso de blanqueo que, el 20 de marzo de 2007, condena a la familia al completo a penas de 100 años de prisión, 20 millones en multas e indemnizaciones y embargos.
Ésta se hacía de nuevo con la depuradora Sochar, en A Illa de Arousa, por 500.000 euros, así como unos terrenos en O Terrón, Vilanova, con un coste de 295.000 euros. Su madre, Teresa Charlín, como se mencionaba, única absuelta en el proceso por blanqueo, estuvo presente en la subasta e hizo indicaciones a su hija de cómo debía proceder.

Último golpe

Estas actuaciones daban pistas a los investigadores que el pasado 5 de julio asestaban un nuevo golpe a la familia, cuando agentes de la brigada de delitos económicos de la Policía y de la Agencia Tributaria desplegaban un fuerte operativo, la denominada «Operación repesca» que se saldaba con 11 detenidos, acusados de blanqueo de dinero, delito fiscal y estafa. entre ellos tres de sus hijos, Manuel y Melchor Charlín Pomares, ambos con antecedentes por narcotráfico y blanqueo de dinero, así como Teresa Charlín y su hija Natalia Somoza, mientras que el resto de detenidos eran empresarios y personas vinculadas al entramado financiero del clan.
El objetivo, el último patrimonio embargado que se supone se vertebró desde 2007, lo que indica que en sólo tres años lograron dar salida a un dinero oculto a través de la compra de 58 inmuebles. Casas y pisos que los detenidos fueron adquiriendo en Padrón, Vilagarcía, Cambados, Vilanova o Pontevedra, además de una finca en un polígono industrial de Córdoba y una parcela en Redondela.
En paralelo se estudiaba la implicación del conocido como el fundador del negocio de los estupefacientes en Galicia, que abrió las puertas a los carteles colombianos de la cocaína y a las mafias del hachís marroquí, Manuel Charlín Gama, de 78 años, a punto de salir de la cárcel tras 20 de prisión, como así sucedía el 17 de julio, cuando a primera hora de la mañana abandonaba su última residencia en A Lama.
El histórico narcotraficante quedaba finalmente en libertad antes de lo previsto en base a la nueva doctrina del Tribunal Constitucional, que hace posible la refundición de las penas cuando se cumplen dos o más condenas. El patriarca de los Charlines sentenciado a 20 años por narcotráfico, 13 por blanqueo, llegó a quedar al margen de las tres investigaciones posteriores abiertas por la Audiencia Nacional, en dos de las cuales estuvo en prisión preventiva.

¿Y ahora qué...?

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