04 febrero, 2012

Cordero, “el mapache”


Por: Ricardo Alemán

Durante semanas, el discurso preferido del precandidato presidencial del PAN, Ernesto Cordero, ha sido el de anunciar “la buena nueva” de que la militancia azul “dará la sorpresa” en el proceso de selección del candidato presidencial.

¿Y cuál es la sorpresa?
 
Pues justamente que, según Cordero, una mayoría de los casi dos millones de militantes y adherentes del PAN, van a salir a votar a favor de su candidatura presidencial. Más aún, Cordero y sus “genios de la imagen”, aventuran que su triunfo será en la primera vuelta, y que esa votación lo hará Presidente del República.

Contrarias al discurso de Cordero, aparecen variables que resultan contundentes.

1. Decenas de encuestas que colocan a Josefina Vázquez Mota, con más del 50 por ciento de las preferencias, entre militantes y adherentes, y electorales en general.
2. Los distintos muestreos que las propias encuestadoras han realizado exclusivamente a militantes y adherentes, en donde se repite la misma fórmula anterior; es decir, que la señora Vázquez Mota se coloca en la punta, con más del 50%  de las preferencias, mientras que el señor Cordero ocupa un lejano tercer lugar. Y
3. El sentido común que, a pesar de las buenas intenciones del señor Cordero, no más no caza con sus pronósticos. Y es que cómo le van a explicar a los militantes, a los adherentes y, en general, a los ciudadanos de todas las preferencias político electorales, que el PAN pretende convertir en candidato presidencial a quien se encuentra en el tercer lugar. ¿De locos, no?

EL COCHINERO

A pesar de todas esas señales, los “corderistas” insisten: “la militancia va a dar una sorpresa”.

Y lo cierto, es que –a pesar de todo– Cordero pudiera tener razón. ¿Por qué?

Porque a dos días de la elección interna de los panistas, abundan las evidencias de que el equipo de Ernesto Cordero, y el propio candidato, preparan un fraude monumental. ¿Un fraude?

En efecto, sólo basta meterse por encima de la operación política que los “corderistas” llevan a cabo en secretarías de Estado, gobiernos estatales y municipales, para percatarse de ese fraude. ¿Se requieren pruebas?

Para los incrédulos, ahí están las grabaciones del secretario de Gobierno de Sonora, Roberto Romero López, quien, ante un numeroso auditorio, ofrecía “pelos y señales” de la “operación mapache”, que a favor de Cordero echó a caminar el gobierno sonorense.

Las grabaciones no mienten, el número dos del gobierno de esa entidad habla de la cooptación de conciencias, compra de votos y de un fraude escandaloso.

Lo mismo está ocurriendo en gobiernos como el de Guanajuato, en donde el mandatario estatal, Juan Manuel Oliva, hace lo propio. Resulta que el guanajuatense –uno de los más entusiastas promotores de Cordero–, prácticamente ordenó, desde su postura como gobernador, que “ay de aquel que no vote por Cordero”, es decir, existe consigna.

Algo similar ocurre en el estado de Morelos, en donde el yunquista Marco Antonio Adame sigue los mismos pasos. En esa entidad, igual que en Sonora, Guanajuato y Puebla, la burocracia panista, los militantes y los adherentes han sido advertidos –si no es que amenazados–, de que su obligación es votar por Cordero.

Si aún persisten las dudas, basta con echarle una mirada a una parte de la transcripción de las instrucciones que les da a los panistas Rocío Sánchez, delegada del Instituto Nacional de Migración en Puebla, quien, de igual manera, instruye a su ejército de mapaches para el fraude. ¿Qué debemos entender de lo siguiente?
 “Se les va a pagar por voto, porque pueden presentar una lista de 20 y a la mera hora solamente se presentan a votar 13. Ya se les explicará cómo va a estar la logística para el día de la elección, porque va a estar controlado el asunto de llevar voto por voto, porque de acuerdo con eso se les va a pagar”.

¿Qué tal? ¿Cómo se le llama a esto?

Lo cierto, es que Ernesto Cordero y su equipo de campaña, preparan el más escandaloso fraude en la historia del PAN.

TRAICIONAN LA HISTORIA

Hace décadas, cuando Acción Nacional reclamaba el apostolado de la democracia, acuñó algunas expresiones célebres para denunciar las peores prácticas del priísmo.  

El PAN censuraba, se burlaba y pedía acabar, por ejemplo, con los “tapados”,  con los “delfines”, con los “mapaches”, y con las prácticas más cuestionables de compra, acarreo y cooptación de votos. Bueno, pues todo eso –como lo acabamos de comprobar líneas arriba–, lo está haciendo hoy el equipo de Ernesto Cordero, con la ayuda de no pocos operadores de la casa presidencial.

¿Qué significa todo lo anterior? Que Felipe Calderón y/o los “calderonistas”, intentan imponer a su “tapado”, su “delfín” o su “preferido”, mediante las peores prácticas del viejo PRI; la compra de votos, la cooptación de conciencias, el corporativismo, e incluso hasta podrían embarazar urnas.

Todo lo anterior hace sentido con la seguridad que muestra el señor Ernesto Cordero, al repetir por todo el país que “la militancia va a dar la sorpresa”. Y podría tener razón, porque con las viejas trampas del PRI, cualquier militancia es capaz de dar casi cualquier sorpresa.

Sólo basta recordar una máxima tricolor, que era emblema de la desvergüenza. Decían viejos priístas, conversos al izquierdismo; “si el PRI quiere hacer presidente a una vaca, la hace presidente”. El PAN parece que va por la misma ruta.

¿Qué tal con los azules? Cara o Cruz.

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