Stephen Mally para The Wall Street Journal
Rick Elliott ha almacenado más maíz este año, apostando a que los precios se elevarán.
El aumento, aunque moderado, se produce
en momentos en que el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA)
proyecta que las reservas globales de maíz disminuirán a su nivel más
bajo desde la cosecha 1973-1974 en términos de días de uso.
Esto ha provocado una inusual presión sobre el suministro en la
región central de EE.UU., lo que ha impulsado los precios para las
procesadoras de granos, los ganaderos y los fabricantes de etanol. El
mayor costo podría afectar los márgenes de ganancias de los compradores y
hacer que trasladen los incrementos a sus clientes.
"Los agricultores están en una posición más fuerte", señala Rich
Feltes, vicepresidente de investigación en la corredora de futuros R.J.
O'Brien en Chicago.
Rick Elliott, un agricultor del estado de Illinois, tiene 350.000
bushels de maíz almacenados, frente a un promedio de 300.000 en esta
época del año. Elliott y su familia han invertido en nuevos graneros que
han duplicado su capacidad de almacenamiento en los últimos 10 años.
"Los graneros siempre nos han generado dinero", cuenta. "Nos da muchas
opciones".
El almacenamiento ha trastocado el ciclo de precios del maíz. El
grano es normalmente abundante en la región central de EE.UU. —donde se
cultiva la mayor parte del maíz del país— en esta época del año, en los
meses posteriores a la cosecha, y a menudo se vende con un descuento de
entre 10 y 30 centavos respecto a los precios en el mercado de futuros,
explica Feltes. Este año, sin embargo, algunos compradores de esta
región están pagando más.
Los precios en el mercado de futuros de EE.UU. se han casi duplicado
desde mediados de 2010, cuando las preocupaciones por una pobre cosecha
alcanzaron su cénit. Desde su récord de 2011, han caído ligeramente y se
espera que este año los agricultores planten mucho maíz. Los contratos
de futuros para entrega en marzo subieron 0,2% el viernes y cerraron en
US$6,4075 por
bushel. No obstante, han retrocedido 0,9% en lo que va del año.
Al acumular granos, los productores apuestan a que los precios
reanuden su reciente racha alcista. La estrategia conlleva riesgos,
incluyendo la posibilidad de que las cotizaciones puedan caer de forma
pronunciada. En el caso de Elliott, se protege comprando opciones que le
garantizan un precio mínimo.
El USDA pronosticó la semana pasada que los agricultores plantarían
más hectáreas de maíz que en cualquier año desde 1944, lo que podría
socavar las cotizaciones.
Los precios más altos de los granos ayudaron a elevar los ingresos
netos del sector agrícola de EE.UU. a US$98.100 millones el año pasado,
un alza de 24% frente a 2010, según el USDA.
Una menor carga de deuda entre los agricultores estadounidenses
también contribuye a su capacidad de almacenar el maíz. El año pasado,
la deuda total de todo el sector representaba 10,5% de los activos, el
nivel más bajo desde 2007, según el USDA.
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