27 enero, 2012

Colombia: Los dudosos métodos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos – por Eduardo Mackenzie

El 18 de enero de 2012, el diario El Espectador, la revista Semana y otros medios colombianos publicaron apartes de un documento confidencial de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Washington, donde ésta hace referencias a la situación jurídica del general Arias Cabrales y del coronel Alfonso Plazas Vega.

 
El documento es un informe de 132 páginas que no tenía por qué haber sido “filtrado” a la prensa, como efectivamente sucedió. Es posible que la misma Comisión Interamericana haya facilitado esa filtración. Esa “filtración” le hace mucho daño a los citados militares presos por haber defendido el Palacio de Justicia, atacado por la organización terrorista M-19 y el traficante de drogas Pablo Escobar en noviembre de 1985.
Mucho más grave que la “filtración” de un documento confidencial de la Comisión IDH es que los abogados de esos militares no puedan contestar las acusaciones que circulan contra ellos en la Comisión IDH porque, cuando van a solicitar a la CIDH esas alegaciones y esos informes les dicen que no pueden tener acceso a esos documentos pues éstos son de carácter “confidencial”. En otras palabras, la Comisión IDH filtra o deja filtrar a la prensa sus acusaciones, pero las niega a los abogados defensores. Esa maniobra es repugnante, y típica de las organizaciones que parecen empeñadas en destruir los Ejércitos de América Latina.
Al ver que la prensa colombiana no ponía a disposición del público el informe completo, el periodista Eduardo Mackenzie solicitó copia del mismo a la señora María Isabel Rivero, directora de la Oficina de Prensa y Difusión de la CIDH, y la respuesta fue:
“Para la CIDH ese informe es confidencial. El caso está en una etapa procesal confidencial y no podemos proporcionar información. Hemos visto que la prensa colombiana tuvo acceso al informe, pero para la CIDH sigue siendo confidencial”.
Mackenzie respondió con otro mensaje. Le dijo a la señora Rivero que es muy grave que ese informe, siendo confidencial, haya sido entregado a la prensa colombiana. Cita los apartes filtrados a la prensa y asegura: “Todo indica que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos escuchó las alegaciones de una sola de las partes y las aceptó como verdaderas sin someterlas a una verdadera investigación y sin someterlas a la contradicción de los defensores. Por otra parte, y ello es quizás lo más grave, los notables avances hechos por los defensores de los acusados en los procesos en Colombia por los trágicos hechos del Palacio de Justicia de Bogotá se ven barridos de la noche a la mañana por una decisión tomada en secreto por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, basada en Washington, que no dio la menor posibilidad de defensa a los acusados”.
Y agregó: “(…) Es lógico deducir que quien violó la reserva del sumario y entregó ese falso informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a la prensa colombiana es el actor judicial único que hizo pasar sus alegaciones como una verdad revelada, en un proceso cuasi secreto de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”.
La señora Rivero contestó: “El Estado [colombiano] obviamente tuvo oportunidad de defenderse. No una vez, sino todas las veces que quiso presentar información y documentación, a lo largo de todos los años que duró el proceso. Es más, fue el Estado el que filtró a la prensa el informe de fondo, según lo que nos informaron los medios que lo publicaron. Las dos partes en el proceso fueron muy activas, y participaron de todas las etapas procesales. Las dos partes en un caso ante el sistema interamericano son los peticionarios y el Estado. La CIDH nunca emite ninguna decisión sobre admisibilidad ni fondo de un caso sin participación de ambas partes. Sería una violación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que es la que aprobaron los Estados y es donde establece cómo se procesa una denuncia en la CIDH. Le invito a informarse primero sobre cómo es el procesamiento de un caso en la CIDH leyendo al menos los documentos básicos del sistema interamericano de derechos humanos, disponibles en http://www.oas.org/es/cidh/mandato/documentos_basicos.asp. Por supuesto, si después de leerlos le quedan dudas, sigo a su entera disposición para cualquier consulta que desee realizar.”
Ante eso, Eduardo Mackenzie redactó y envió esta carta que desnuda, por primera vez, los curiosos métodos que emplea la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en algunas de sus “investigaciones”.

Carta de Eduardo Mackenzie a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Washington)

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