21 diciembre, 2011

Semblanza: Mariano Rajoy, un líder tenaz y sobrio a las riendas de una España en crisis

Foto: PIERRE-PHILIPPE MARCOU / AFP
MADRID, 21 diciembre 2011 (AFP) - Poco carismático pero tenaz, el conservador Mariano Rajoy, nuevo presidente del gobierno español, conquistó el poder gracias a su imagen metódica y sobria, cualidades con las que los españoles esperan que logre sacarlos de la crisis.



Tras la aplastante victoria de su partido en las legislativas de noviembre, a Rajoy le espera la dura tarea de tranquilizar a sus socios europeos y a unos mercados financieros temerosos de que España, muy fragilizada por el estallido de su burbuja inmobiliaria, se vea arrastra por la crisis de la deuda.
Un exigente programa de austeridad y reformas, anunciado el lunes durante su discurso de investidura, será la principal arma de este prudente político español.
Soy Mariano Rajoy, español y gallego, nacido en Santiago (de Compostela) hace cincuenta y seis años”, así comenzaba su autobiografía, publicada antes de las elecciones, este hijo y nieto de juristas, educado en la tradición católica y que cultiva una imagen sobria, incluso tediosa.
Poco conocido en el extranjero, y acusado a veces de indecisión, este hombre de pelo castaño, barba blanca y gafas rectangulares, logró, sin embargo, reagrupar en torno suyo al Partido Popular (PP) y hacer olvidar sus dos duras derrotas en los comicios de 2004 y 2008 contra el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
Rajoy, es la victoria de la perseverancia“, considera Antón Losada, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Santiago de Compostela.
Borrando poco a poco su imagen de conservador puro y duro, se presenta como un dirigente “previsible, patriota, independiente, moderado”.
Tras estudiar en una escuela jesuita y en una facultad de derecho, entra “tímidamente” en política adhiriéndose a Alianza Popular, partido de derecha fundado por el exministro franquista Manuel Fraga Iribarne, que más tarde se convertirá en el PP.
Discreto pero firme, es elegido diputado regional con 26 años, antes de seguir ascendiendo hasta convertirse en el hombre de confianza de José María Aznar, presidente del gobierno de 1996 a 2004, que lo nombrará para sucederle.
Varias veces ministro, portavoz del gobierno y vicepresidente, Rajoy se forja una imagen de mediador, además de ser el hombre que da la cara ante las críticas por la desastrosa gestión de la marea negra del petrolero “Prestige” en 2002 y la entrada de España en la guerra de Irak en 2003.
“De mi padre heredé un sentido muy marcado por el respeto a las reglas, el sentido de la justicia y el esfuerzo”, destacó en su libro, titulado “En confianza”.
Nacido el 27 de marzo de 1955, gran amante de los deportes, aficionado del Real Madrid y al ciclismo, se presenta como un buen padre de familia, capaz de tranquilizar a mercados y opinión pública y de coger el timón mientras “el milagro español” hace aguas.
“Su principal punto fuerte es la crisis y el paro. Su gran debilidad que era ser un hombre aburrido, previsible, se ha acabado convirtiendo en su gran fortaleza”, comenta Losada.
Presentándose como un estadista, llegó a acuerdos con los socialistas sobre la reducción del déficit y se congratuló por el anuncio del fin de la violencia de ETA, pese a que desde entonces ha dicho en varias ocasiones que no negociará con la organización armada independentista vasca.
Protestó cuando el gobierno socialista logró la aprobación de la ley de liberalización del aborto y ya anunció que piensa modificarla.
También se declaró contrario a la legislación sobre el matrimonio homosexual, pero, en éste como en otros temas, se mantiene ambiguo sobre sus intenciones.
Esta falta de definición “es una estrategia, pero el problema es que al final, le da la imagen de alguien que no sabe comprometerse y eso se puede volver contra él”, puntualiza el editorialista José Maria Ridao

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