21 diciembre, 2011

Los países pobres y la trampa de la intervención

Los países pobres y la trampa de la intervención

Los países pobres y la trampa de la intervención hace el número 33 de la Colección Cuadernos FIE. Con el mismo hemos buscado una aproximación a la forma en que desde los países desarrollados y desde las organizaciones internacionales se acomete la lucha contra la pobreza.
Pablo Izquierdo

  El objetivo no era hacer una descripción de las herramientas y tácticas que se emplean para combatirla en el Tercer Mundo, sino que hemos sido más ambiciosos: tratar de determinar qué fallos se han producido (en las políticas de cooperación al desarrollo) para, en consecuencia, intentar plantear mejores opciones. Todo ello partiendo de una base: a mayor libertad, mayor desarrollo. El Doctor Bolaños fue elegido para este reto. Su trayectoria como investigador, demostrada no sólo a través de sus diferentes trabajos realizados para FIE, sino también a lo largo de sus intervenciones en congresos o seminarios, le avalaba.


El resultado final no nos ha defraudado, como tampoco lo hará al lector. Bolaños Martínez elimina a lo largo de las siguientes páginas determinados tópicos que se han consolidado cuando hablamos de cooperación al desarrollo como por ejemplo la necesidad de aumentar, económicamente, la ayuda externa como condición necesaria para erradicar la pobreza y sobre todo, la infravaloración de las políticas (económicas) destinadas a garantizar el libre mercado como herramienta fundamental para combatir el subdesarrollo. Vayamos por partes. En primer lugar, en la obra encontramos una oposición furibunda a la planificación y una defensa acérrima del espíritu emprendedor, unida a una condena de los criterios de medición de la pobreza empleados por organizaciones como el Banco Mundial. El autor, igualmente, muestra a lo largo de la obra un conocimiento exhaustivo de las teorías económicas así como de sus exponentes principales, pasados (Lord Bauer), presentes (Sala i Martín) o con perspectivas de convertirse en referentes de cara al futuro (como la nueva generación de economistas africanos). En segundo término, desmonta aquellos modos de operar que se han arraigado en determinadas regiones, como por ejemplo, la teoría de la dependencia en América Latina, de la que sostiene Bolaños que, lejos de solucionar el problema de la pobreza, lo ha hecho crónico. El autor no tiene ningún temor en arremeter contra los teóricos de la CEPAL para mostrar las insuficiencias de su enfoque y alertar al lector de las perjudiciales consecuencias que se derivaron del mismo y que se pueden seguir generando. Finalmente, la obra es un alegato a favor del libre comercio, pues aquellos países que antes han apostado por éste, antes se han colocado a la vanguardia del crecimiento económico. China es el gran ejemplo y al mismo le dedica varias páginas, rebatiendo a quienes hacen otras lecturas diferentes del auge del gigante asiático. En definitiva, como el propio autor sostiene “quizás estamos en un momento histórico en la lucha contra la pobreza, con dos posiciones distantes entre sí. Por un lado, perviven ideas viejas, desaliñadas. Dependencia, desigualdad, injusticia, explotación, intervención, burocracia, cálculos dentro de una planificación centralizada…Por otro, ilusión, trabajo, entusiasmo, creencia ciega en las propias posibilidades para salir adelante”.

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