24 diciembre, 2011

La oposición siria a El Asad cierra filas. Ignacio Cembrero


Bassma Kodmani durante una conferencia en Estambul en septiembre. / Burhan Ozbilici (ASSOCIATED PRESS)

Ya están casi todos y empiezan a diseñar una hoja de ruta para la transición en Siria. El Consejo Nacional Sirio (CNS) reagrupa “al grueso de los movimientos de oposición”al régimen del presidente Bacharel Asad y “comparte una visión de cómo debe desarrollarse la transición pacífica”, explica Bassma Kodmani, su portavoz, en conversación con este periódico.


La rebelión empezó en Siria hace más de nueve meses y la represión se ha cobrado más de 5.000muertos, según la ONU, a los que hay que añadir miles de desaparecidos. La oposición ha tardado en organizarse, pero el pasado fin de semana sus miembros cerraron filas bajo la batuta de su presidente, el académico Burhan Ghalioun, y de su portavoz, Kodmani, ambos residentes en París.
Junto a estos intelectuales, demócratas de izquierdas, conviven en la asamblea del CNS otras corrientes políticas como los Hermanos Musulmanes,otros islamistas, defensores de los derechos humanos, cristianos –sobre todo a sirios-, kurdos e incluso alauitas como Nibras el Fadel. El presidente Asad pertenece a esa minoría religiosa que controla los servicios de seguridad y la cúpula militar.
En la asamblea de260 miembros, que elige un comité ejecutivo y una secretaría, faltan unos pocos como, por ejemplo, el grupo de intelectuales de izquierdas que encabeza en Damasco Hassan Abdul-Azim. Tampoco acudió a la cita de Túnez el Ejército Libre deSiria (ELS) que, compuesto por un puñado de desertores, se entrena en el este de Turquía y empieza a asestar golpe dentro del país.
Ser opositor sirio no es fácil ni siquiera en el exilio. En España algunos de sus miembros han sido amenazados y en Francia Ghalioun y Kodmani son escoltados por la policía las 24horas del día desde que, a principios de octubre, se creó en CNS.
“Somos representativos del exilio y de los que luchan dentro”, recalca Kodmani que en1968 llegó a París de la mano de sus padres exiliados y dirigía la Iniciativa Árabe para la Reforma, un proyecto sobre transiciones democráticas en el que colaboran institutos árabes y occidentales. “Los Hermanos Musulmanes aceptan de buen grado la diversidad dela sociedad”, prosigue. Algún grupo opositor kurdo plantea, en cambio,problemas “porque reivindica el derecho a la autodeterminación”.
Taysir Alouni, el célebre excorresponsal de la televisión Al Jazeera residente en Granada, sostiene, sin embargo, que el CNS “no cuenta con el pleno respaldo de los que se manifiestan dentro del país”. “A los de dentro les gustaría que los de fuera apostaran con más firmeza por una intervención extranjera, sea de quién sea,que pare la hemorragia”, añade Alouni, de origen sirio y que declinó, por razones personales, ingresar en el CNS.
A principios de mes Ghalioun, presidente del CNS, aún rechazaba en tajantemente en Sofia cualquier intervención, pero el lunes, en Túnez, admitía que se creen “zonas seguras” para los civiles mediante una “utilización limitada” de la fuerza. ¿Quién la emplearía? “Primero la LigaÁrabe y solo en el peor de los escenarios”, responde Kodmani. “Es verdad que estamos muy cerca de ese escenario”, reconoce. Es dudoso que los árabes tengan capacidad para organizar esa operación.
Las modalidades del empleo de la fuerza han originado también desavenencias, ahora casi superadas, entre el CNS y el ELS que dirige el coronel Riyad el Asad.El CNS aceptó que los militares desertores pudieran defender con sus armas a los civiles atacados, pero no que tomase la iniciativa. “Es inaceptable que pasen a la ofensiva”, afirma Kodmani. “La revolución debe de ser pacífica”. Aun así, precisa satisfecha, “se han colocado bajo la autoridad política del CNS”.
El periodista Alouni, que ha invitado a España a célebres disidentes, sostiene que al CNS aún le falta una “visión clara” de cómo desarrollar la lucha y la transición. “Lavamos perfilando”, asegura Kodmani. “Tenemos ya claro que no puede empezar mientras El Asad permanezca en el poder”, señala. ¿Estarían dispuestos a concederle inmunidad a cambio de que se marche? “Estamos a favor de todo aquello que contribuya a la paz social y a la reconciliación”, responde evasivamente. “Las ofertas que hacemos hoy no serán válidas dentro de un mes”.
A diferencia del Consejo Nacional de Transición de Libia, el de siria no ha obtenido ningún reconocimiento internacional. A Kodmani no le preocupa. “Estamos en contacto permanente con los gobiernos árabes, europeos etcétera”, subraya. “El pleno reconocimiento significaría que deben cerrar sus embajadas en Damasco algo que no deseamos porque los embajadores son testigos incómodos de la represión y trasladan información fehaciente a sus capitales”.

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