18 diciembre, 2011

Kim Jong-il, el líder norcoreano que mantuvo al mundo en vilo

ASIA | En su país es un semidios

Kim Jong-il, el líder norcoreano que mantuvo al mundo en vilo

Kim Jong-il, en una imagen de archivo. | Ap Kim Jong-il, en una imagen de archivo. | ApKim Jong-il, en una imagen de archivo. | Ap Kim Jong-il, en una imagen de archivo. | Ap
Kim Jong-il aisló a su pueblo del mundo exterior y llevó a su país al borde de la ruina económica y la hambruna. Sin embargo, al mismo tiempo, el mandatario norcoreano comandó uno de los ejércitos más numerosos del globo y mantuvo al mundo en vilo con su política atómica.
Su padre, Kim Il Sung, gobernó Corea del Norte entre 1948 hasta su repentina muerte en 1994, cuando Kim Jong-il lo sucedió al frente del régimen.


De 69 años según su biografía oficial, Kim Jong Il falleció de agotamiento físico mientras viajaba en tren. Pese al hermetismo en la información en torno a Kim, se especulaba con que su estado de salud era frágil tras sufrir una apoplejía en 2008.
Desde entonces, creció la especulación sobre quién tomaría el mando del país. Sin embargo, la respuesta pareció darse en septiembre de 2010, cuando Kim ascendió militarmente a su tercer y menor hijo, Kim Jong-un.
Mientras en los medios extranjeros fue prácticamente demonizado, el líder cuyo cumpleaños el 16 de febrero es fiesta nacional, fue honrado en Corea del Norte como una especie de semidios. Un semidios que mantuvo bajo continuo control del aparato estatal a sus "fieles" con objeto de evitar una pérdida de poder del "querido líder" o su régimen.
El pequeño hombre de grandes gafas fue para los observadores una figura enigmática y llena de contradicciones sobre la que apenas hay información. Mientras fuera de su cerrado círculo de poder fue considerado como una figura imprevisible, el antiguo presidente surcoreano Kim Dae Jung lo caracterizó como alguien con un "sano raciocinio" que conoce muy bien lo que sucede en el mundo.
Para los 23 millones de habitantes norcoreanos, Kim, que en los medios oficiales es alabado como revolucionario y "genio en literatura artes y en el arte de la guerra", es omnipresente. Retratos suyos y de su padre, el "presidente eterno" Kim Il Sung, del que el hijo heredó el poder y también el culto a la personalidad, cuelgan casi en todos los edificios oficiales y viviendas privadas.
Según los parámetros de aquéllos que vienen de fuera, su vida debería haber sido en realidad muy conocida por los norcoreanos, sin embargo, tanto su espacio privado y sus relaciones con las mujeres como la vida de sus hijos son tabú para los medios de Pyongyang.
Tras más de 16 años al frente del Estado estalinista del norte de la península coreana, la política de Kim fue objeto también a menudo sólo de especulaciones.
La mayoría de lo que se sabe en el exterior de Kim proviene del inagotable arsenal de propaganda de Pyongyang. El aislamiento internacional de Corea del Norte ha contribuido por tanto a crear la imagen negativa que se tiene del líder norcoreano en el exterior.
Algunos analistas occidentales le atribuyen un estilo de vida libertino, en el que abusa de la comida, los coches, las mujeres y el alcohol, y un oscuro papel en la planificación de atentados terroristas contra Corea del Sur, acusaciones que el régimen de Pyongyang ha calificado como propaganda difamatoria.
Sin embargo, en el recuerdo de los coreanos permanece la histórica reunión entre Kim Jong Il y Kim Dae Jung en junio de 2000 en Pyongyang. El encuentro proporcionó al líder norcoreano una nueva imagen y significó un importante paso adelante en el camino de la reconciliación.

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