19 diciembre, 2011

En el nombre de Dios


De 10.000 y 20.000 niños holandeses fueron víctimas desde 1945 de abusos sexuales por parte de religiosos católicos, práctica que era conocida por una jerarquía eclesiástica cuya mayor inquietud era evitar el escándalo.

 
Esta es la principal conclusión presentada ayer por la comisión independiente dirigida por el exministro Wim Deetman, cuyo equipo investigó desde agosto del 2010 los abusos a menores en el seno de la Iglesia católica.
Tras identificar a 800 presuntos autores (105 aún vivos) la comisión concluyó que los abusos, ocurridos en sitios como orfanatos, seminarios e internados, iban desde el puro contacto físico hasta penetraciones, de las que estimó se produjeron “unas 1.000”.
Sin ocultar su sorpresa por las conclusiones, Deetman dijo que el “riesgo de sufrir abusos sexuales era dos veces mayor en internados”, que en otras instancias.
Aunque la comisión investigó casos de abusos de 1945 al 2010, la cifra absoluta indicada se corresponde al lapso de 1945 a 1981, pues entre esos años fue cuando más había centros de ese tipo.
Empero, fuera de los círculos religiosos los menores padecían abusos, pues “uno de cada 10 holandeses de 40 o más años ha sido víctima de este tipo de prácticas antes de cumplir 18 años y por parte de una persona ajena a la familia”, según la comisión.
“Aunque los porcentajes parezcan bajos, hablamos de cifras absolutas de gran alcance”, remarcó Deetman, quien calificó las revelaciones de “tristes y frustrantes”.
Impactante. El representante de las víctimas, Guido Klavers, declaró que los datos “son desconcertantes para todo el mundo” y “las conclusiones son más impactantes de lo que se esperaba”.
“El tiempo de solamente hablar se acabó, ahora hay que concentrarse en la recuperación de las vidas de las víctimas”, afirmó.
El informe es un golpe para la Iglesia católica holandesa porque confirma que esa institución calló en las últimas décadas sobre los casos de abusos, a pesar de que tenía conocimiento de estos.
“La atención al tema recaía más sobre los autores que sobre las víctimas y, para evitar escándalos, no se aplicaron medidas para solucionar y reconocer el problema ni para ofrecer ayuda a las víctimas”, indica el documento.
Además, cuando la información de los abusos llegaba a oídos de superiores, “la medida generalizada era el traslado, eventualmente al extranjero, pero no la expulsión de la orden”, añade el texto.
En la presentación del informe, Deetman puntualizó que el celibato “no constituyó un factor determinante” para cometer abusos, pero reconoció que ha sido un factor de aumento de riesgo.
También aclaró que “no hará públicos datos sobre personas individuales” y explicó que la información hallada no es en principio “una fuente de pruebas jurídicas”.
Sin embargo, el exministro agregó que “las indemnizaciones son esenciales” para las víctimas, igual que los centros de atención.
A principios de noviembre, la Iglesia católica holandesa aceptó pagar indemnizaciones de entre 5.000 y 25.000 euros (y hasta de 100.000 para casos más graves) a las víctimas de estos abusos, siempre que existan pruebas e incluso en los casos en los que el delito ya haya prescrito.
El informe provisional de la comisión, divulgado hace un año, señaló que había recibido 1.975 denuncias y criticaba el funcionamiento de la entidad creada por la Conferencia Episcopal para ayudar a las víctimas. Las cifras divulgadas ayer se basan en esas denuncias, análisis de archivos de la Iglesia católica, además de entrevistas directas con afectados.

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