28 diciembre, 2011

EL COMUNISMO DESTRUCTOR Y ASESINO

Comunismo

De todos los sistemas revolucionarios ideados en el devenir historico con el fin de destruir nuestros valores civilizados, sistemas que han sido siendo aplicados a traves del tiempo en forma mas efectiva y en el momento siempre mas oportuno, el mas perfecto, el mas eficiente y el mas inmisericorde es, sin duda, el Comunismo, porque representa la etapa mas avanzada de la revolucion mundial en cuyos postulados ya no solamente se trata de destruir determinado instuticion politica, social, economica o moral, sino de anular ed una vez a la Santa Iglesia, y mas aun, a todas y cada una de las manifestaciones culturales cristianas que son parte de nuestra civilizacion. Si todas las tendencias revolucionarias de origen judio han atacado con curiosa unanimidad al cristianismo en diversos aspectos, el comunismo lucha por hacerlos desaparecer de la faz de la Tierra sin dejar de el ni el menor rastro.
 
La señal destructiva de esta tendencia, exhibiendo ante los ojos del mundo los mas espantosos cuadros de horros y destruccin que se haan imaginado, no puede estar fundamentada sino en la misma esencia de la negacion y en el repudio mas virulento y lleno de odio hacia todo lo existente hasta la fecha, porque de otra manera no seria concebible la vesania inaudita de sys tacticas criminales y el espiritu de destruccion aniquilamiento, vulneracion, contradiccion y opisicion de sus dirigentes, hacia todo aquello que representa criterios axiologos, no solamente catolicos, sino religiosos en general.
La finalidad del Comunismo, como fue patente en Rusia, y en los demas paises donde se ha implantado, no es otra que la nulificacion del pueblo en lo economico, en lo politico, en lo social, en lo Humano, y el no trascendente para posibilitar a una minoria el dominio por la fuerza. En terminos internacionales la meta no puede ser mas clara: lograr por la fuerza el dominio mundial de una minoria insignificante aniquilando a todos los demas humanos por medio del materialismo, del terror y si es necesario de la muerte, aunque para ellos haya que asesinar a grandes nucleos de la poblacion.
Bastante conocido es en el mundo entero el impulso homicida que ha caracterizado a los dirigentes sovieticos: pocos hay que no hayan sentido escalofrios de terror al conocer las sangrientas depredaciones llevadas a cabo en Rusia por los marxistas. Basta recordar algunos datos que llenan de pavor e indignacion a las mentes civilizadas.
"En sus comienzos el terror rojo se dedicaba sobre todo a exterminar la intelectualidad rusa" y en prueba de esta afirmacion S.P. Melgunov constata lo siguiente: refiriendose a las comisiones extraordinarias que surgieron en Rusia en los primeros tempos de la revolucion sovietica.
"Las comisiones etraordinarias no son organos de justicia, sino de exterminio sin piedad, segun la expresion del Comite Central Comunista" que tambien declaro lo siguiente: "La comision extraordinaria no es una comision de encuesta ni un juzgado, ni un tribunal, sino que ella misma determina sus atribuciones. Es un organo de combate que obra sobre el frente interior de la guerra civil. No juzga al enemigo, sino que lo extermina: ni perdona al que esta al otro lado de la barricada, sino que lo aplasta. No es dificil representarse como debe obrarse en realidad ese exterminio sin piedad, cuando en lugar del codigo muerto de las leyes reina solamente la experiencia revolucionaria y la consciencia. La consciencia es subjetiva, y la experienia deja sitio forzosamente a la voluntad que toma formas irritantes segun la calidad de los jueces"
" No hagamos la guerra contra las personass en particular (escribio el dirigente comunista Latsi) exterminemos a la burguesia como clase. No busqueis en la encuesta de los documentos y de las pruebas lo que ha hecho el acusado en obras o en palabras contra la autoridad sovietica. La primera pregunta que debis hacerle es: a que clase pertenece, cual es su origen, su educacion, su instruccion "su profesion".
Durante la dictadura sangrienta de Lenin, la comision de encuesta de Rohrberg que entro en Kiev despues de la toma de esta ciudad por los voluntarios en agosto de 1919 señala lo siguiente:
"Todo el suelo de cemento del gran garage (se trata de la sala de ejecucion de la Checa provincial de Kiev) estaba inundada de sangre y esta no corria, sino que formaba una capa de algunas pulgadas, era una horrible mezcla de sangre, de sesos, de pedazos de craneos, de mechones de cabellos y demas restos humanos. Todas las paredes, agujeradas con millares de balas, estaban salpicadas de sangre, y pedazos de sesos y de cuero cabelludo estaban pegados en ellas".
Una zanja de 25 centimetros de ancho por 25 de hondo y de unos 10 metros de largo, iba del centro del garage a un local proximo donde habia un tubo subterraneo de salida. Esa zanja estaba completamente llena de sangre".
"De ordinario, inmediatamente despues de la matanza, transportaban fuera de la ciudad los cuerpos, en camiones, automiviles, o en furgones y los enterraban en una fosa comun. En un rincoon del jardin topamos con otra fosa mas antigua que contenia unos ochenta cuerpos, y alli descubrimos en los cuerpos señales de crueldad y de mutilaciones, las mas diversas e inimaginales: Alli yacian cadaveres destripados, otros tenian varios miembros amputados; algunos estana descuartizados, y oros los ojos sacados y la cabeza, la cara, el cuello y el tronco cubiertos de profundas heridas. Mas lejoss encontramos un cadaver con una cuña clavada en el pecho y otros no tenian lengua. EN un rincon de la fosa descubrimos muchos brazos y piernas separadas del tronco".
"No es posible saber con exactitud el numero de victimas. Todos los calculos son inferiores a la realidad"."En el diario de Edimburgo, 'The Scotsman' del 7 de noviembre de 1923, da el profesor Sarolea las cifras siguiente:"28 obispos; 1,219 sacerdotes; 6,000 profesores y maestros; 9,000 doctores; 54,000 oficiales; 260,000 soldados; 70,000 policias; 12,950 propietarios; 355,000 intelecuales y profesionistas liberales; 193,290 obreros y 815,000 campesinos". "La comision de informacion de Denikin sobre las intrigas bolcheviques durante el periodo de 1918-1919 en un ensayo sobre el terror rojo, conto en solo estos dos años, un millon setecientos mil victimas"

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